una Poesia de
Nonell German
Memoria de un sanmartiniano que canta su propia estrofa
de aquellos que entonan y componen la milonga.
El sabor de lo amargo, lo agrio, lo seco y lo dulce,
su alma goza de dicha, pero a la vez se siente triste.
Llanos inmortales, maleza entrecortada,
brisa que perfuma todo cuanto alumbra;
los rayos de sol que, en el fondo, penetran
todo cuanto erra, y a su vez acierta.
Memoria de un sanmartiniano de alma inquebrantable,
gozante del privilegio de los principios primordiales.
Tu mano áspera buscando una señal
de aquello cuanto aun quede por develar.
Memoria de un sanmartiniano que hace y que deshace,
memoria del pampeano cuyo espíritu jamás reposa;
corazón abierto, corazón cerrado,
por siempre y para siempre, tu mayor legado.


