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Uno de mil

un Cuento de Ciencia Ficción de
CasaGrande Pepe





— Su Excelencia, el asistente del Mayordomo del Rey, estará muy contento con el nuevo lote de robots que acabamos de ensamblar, son mil en total.
— ¿Qué tienen de especial?
— Como usted podrá darse cuenta, todos tienen apariencia humana.
— Veo que todos estos androides parecen mujeres.
— Los asemejamos a top-models. Aunque es más preciso llamarlas ginoides
— ¿Y por qué no fembots or simplemente 'las androides'?
— En ese caso queda al gusto de su Excelencia.
— ¿Y cree usted que la apariencia femenina nos dé alguna ventaja?
— Por supuesto, ningún ejército del mundo espera ser atacado por bellas mujeres.
— Estimado Jefe de Ingenieros, dígame ¿por qué es diferente aquella que se ve en la fila 3?
— ¿La pelirroja?
— Esa misma.
— Todas las unidades fueron diseñadas con pelo negro, pero parece que al ensamblar a la 666 la tinta se nos agotó y esa quedo con los cabellos claros. Apenas tengamos insumos se corregirá a como es debido.
— Quizás no, déjela como está, de hecho desearía que fuera parte de mi escolta personal.
— Es una buena opción.
— ¿Cómo se asegura usted de que estos armatrostes malignos no se vuelvan en contra nuestra?
— Hemos colocado un sistema de autodestrucción, en caso de que sean capturadas o como usted dice en caso de que se tornen contra nosotros.
— Muy bien, quiero que a la 666 le den la misión de perseguir a cualquier unidad que se haya declarado como renegada.
— Se hará como usted ordena.
— Si es posible quiero que tenga en la mano izquierda una ampolla con veneno letal.
— Es un requerimiento algo extraño, pero podemos adecuarla.
— También me gustaría que siempre porte gafas oscuras.
— No hay problema en ello.
— ¿Qué nombre tiene?
— Ella es Ada, su Excelencia.

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